El mercado ofrece una gran variedad de productos, aunque se le presta más atención y se publicitan en mayor cantidad las cremas hidratantes, los aceites funcionan de manera extraordinaria en la piel.

Esta es la diferencia más notable entre las cremas y los aceites tanto corporales como faciales.

Cuando nos decidimos por un aceite, nos estamos inclinando hacia una tendencia más natural, ya que la mayor parte de sus ingredientes se extraen de frutos, flores y aceites, por lo que están libres de químicos, pudiendo ser utilizados y tolerados por personas con piel sensible o intolerante.

1. Si tu piel es seca los aceites que contengan aceite de argán, aguacate, germen de trigo o de almendras dulces te van a ir de maravilla ya que son súper hidratantes y nutritivos.
2. Si tu piel es sensible necesitas aceites calmantes ricos en omega-3 que reduzcan la inflamación e irritación. Estos aceites te ayudarán a restaurar la película hidrolipídica de la piel. Los que contienen arándanos, lavanda, manzanilla o aceite de rosa mosqueta son los que te van a funcionar.
3. Pieles con acné o puntos negros, en este caso se recomienda utilizar aceites secos que sean estables a la oxidación como son el aceite de árbol de té, de jojoba y de lavanda.
4. Si tu piel es grasa necesita regular su secreción de sebo con un aceite suave y no comedogénico y que equilibren la piel como el aceite de jojoba, de árbol de té y el de caléndula.
5. Para pieles maduras, los aceites de rosa mosqueta por su alto contenido en carotenoides y propiedades regeneradoras, son el aliado perfecto contra el envejecimiento. También puedes optar por los que contengan aceite de onagra y de borraja que son muy ricos en antioxidantes y ácidos grasos esenciales.